domingo, octubre 29, 2006

De la arcilla que nos habla.


Figuras humanas de manos largas, botellas con ventanas, pájaros, casas, lavamanos y vajillas, todas abrazadas por la creatividad de Miguel Angel Peraza.

Cuando visitamos su casa, su taller y nos acercamos un poco a su día de trabajo, nos encontramos con un artista pleno de humildad, con su conversar sencillo y ameno, siempre dispuesto a contarnos sus logros y esos sueños que alcanza en cada pieza que realiza.

"En el año 1971, fui a trabajar al Museo Arqueológico de Quíbor, no tenía idea de lo que era la cerámica, ni lo que allí se hacía, sólo sabía que estaba dispuesto a trabajar. Me encontré con Jorge Barreto, mi maestro, de quien aprendí lo que es la cerámica y el diseño, cuidar los detalles y la calidad del trabajo que uno hace"

Al hablar de Miguel Angel Peraza es necesario hacer referencia a lo que se ha denominado Artesanía Urbana, lo cual como actividad artesanal se ubica en el contexto de la cultura popular pero guardando diferencias con las practicas tradicionales.
El trabajo de este artesano, rompe con los patrones conocidos de artesanía tanto por la calidad de sus obras, como por las técnicas que aplica.
"No estoy de acuerdo con el artesano que hace trabajos a la carta, para satisfacer una demanda, por eso terminan pintando Santa Claus, Mickey Mouse, lo que la gente les pide, es una forma de irrespetar la artesanía y al artesano"

Miguel Ángel es un artesano que cuida mucho su producción, cada diseño de los cuales se enorgullece porque responden a su proceso creativo, a ese querer hablar a través de la pieza que termina y no a una demanda turística o comercial.

Sus piezas constituyen verdaderas obras de arte, que bien pueden ser de exhibición o de uso cotidiano, porque cada una lleva el sello creador de un artista que ama y respeta su oficio.

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