domingo, enero 14, 2007

ARTESANÍA / ARTE POPULAR.

ARTESANÍA DEL TALLER DE MIGUEL ÁNGEL PERAZA.


En México arte "popular" y artesanías contemplan el mismo sentido y ambos se enfrentan al Arte escolarizado, pues han sido apreciados como una recreación menor o local, reproductores del ciclo capital y la ideología de los dominados, (García-Canclini, 1989). Esta competencia se ve en las aparentes diferencias y virtudes que tienen las artesanías sobre el Arte académico, en el pensamiento de Octavio Paz (citado por Ortega, 1997), se resumen de esta manera:
La historia de la artesanía no es una sucesión de inventos ni de obras únicas (o supuestamente únicas). En realidad, la artesanía no tiene historia, si concebimos la historia como una serie ininterrumpida de cambios. Entre su pasado y su presente no hay ruptura sino continuidad. El artista moderno está lanzado a la conquista de la eternidad y el diseñador a la del futuro; el artesano se deja conquistar por el tiempo. Tradicional pero no histórico, atado al pasado pero libre de fechas, el objeto artesanal nos enseña a desconfiar de los espejismos de la historia y las ilusiones del futuro. El artesano no quiere vencer al tiempo sino unirse en su fluir. A través de repeticiones que son asimismo imperceptible pero reales variaciones, sus obras persisten. Así sobreviven al objeto up-todate. (p. 114).

Los artistas "populares" han sido definidos o más bien "...reducidos a lo 'práctico-pintoresco', son incapaces de 'pensar un significado diferente al transmitido y usado habitualmente por la comunidad, mientras el artista 'culto' es un solitario cuya primera felicidad es la de satisfacerse gracias a su propia creación’." (Traba citada por García-Canclini, 1989, p. 225).

El artesano según García Canclini (1989) a grandes rasgos ha sido visto como un sujeto: “Que no llega ser artista, a individualizarse, ni participar en el mercado de bienes simbólicos 'legítimo', los espectadores de los medios masivos que quedan fuera de las universidades y los museos, 'incapaces' de leer y mirar la alta cultura porque desconocen la historia de los saberes y los estilos. (p. 191).

El contacto entre los artesanos y los escolarizados, es una forma de alteridad, escenifica la desigualdad (defender lo propio) y la diferencia (pensarse a través del triunfo). (García-Canclini, 1989). Quizá la manera en que se concibe la mirada o el trato de los productos culturales, brinde pistas para entender la sensación de la tipología dentro del arte. Para las grandes obras de arte el contacto es semirreligioso, para la artesanía el contacto es corporal, y el objeto industrial completamente funcional. Recordamos, para posterior discusión, que "...el cuerpo es participación."(Paz, 1979, p. 15).

También el vínculo estrecho entre arte "popular" y artesanías suele dividirse por ciertos juicios de tipo metafísico o espiritual en el acercamiento con la obra, al respecto Alberto Beltrán (1995) señala: "...es decir cuando su alta calidad no es sólo técnica sino que trasmite una emoción especial que permite ser considerada arte popular." (p. 27).

Para fines conceptuales y temáticos el arte "popular" y las artesanías, tienden a ser lo mismo, sin embargo en Venezuela existe una sutil diferencia entre ambos, que críticos contemporáneos intentan eliminar induciendo a un concepto más amplio de la producción del pueblo, véase Miguel Ángel Ortega (1997). Tanto el arte con o sin apellidos y las artesanías, son oficios remunerados que responden al esquema de producción, elaboración, distribución y consumo, en ambos lo estético se manifiesta, y lo funcional que podría adjudicarse a la artesanía no resta su intención de agrado para fines de consumo: uso igual a apego. En tanto el arte con su resonancia, producto de lo artístico, presenta un espectro más amplio donde los paradigmas apego/desapego, o agrado/desagrado son utilizados a veces arbitrariamente por el creador, y sólo el colectivo lo determina.

Al final vale preguntarse si tradición indica una posibilidad de expresión individual o si "genio" implica una superioridad de "primitivo o artesanal" ¿superior en relación a qué? Tal vez la respuesta de Octavio Paz (1979) sea la posible solución: "La artesanía no es ídolo, sino muestra no es objeto único." En sus expectativas no está la inmortalidad, contrario a la gran obra de arte que insiste con las restauraciones y conservaciones, su ficticia eternidad, intentando preservarse en la Historia del Arte.

En Venezuela de manera tácita se determina que arte "popular" es diferente del "culto", escolar o académico por medio del siguiente concepto:

Aquel generado a través de procesos de formación sistemáticos de índole académica, en tanto que arte 'popular' es el que se reproduce y recrea por medio de la tradición oral, esto es, en la transmisión no-formal del conocimiento de una generación a otra para perpetuar la producción en determinadas manifestaciones de la cultura material intrínseca de las comunidades y/o grupos socioeconómicos dominados, cuya representación fundamental son las artesanías tradicionales (Ortega, 1997, p. 19).

Aunque este concepto se puede descomponer por su postura hacia una tradición perpetua -siempre se ha pregonado que la tradición artesanal de talleres es una forma de resistencia a la adecuación o fuerza de transformación que exige la modernización, es decir lo local versus lo nacional-, y defensa del folklore con visión purista-fundamentalista, y mucho más si citamos los híbridos recientes entre popular-académico, popular-massmediático, y otras más.

Para concretar, que en el concepto arte en sentido general, sea distinto, se procede a considerarlo simbólicamente, considerar cada signo como idea impregnada en el contexto, evidentemente se puede leer desde la óptica academicista o no academicista, sin distinguir lo formal, pues es obvio que la querella reside en la superficie, la estructura formal del lenguaje o de la plástica, y se lleva inconscientemente al contenido sin profundidad crítica o conciencia del mismo.

La idea de «obra de arte» es moderna y se apoya en el concepto de museo como reserva definitiva de lo bello. Cierto público, entusiastamente interesado en arrodillarse ante el altar de la belleza que hay en el museo, se acerca a él sin que le afecte un entorno increíblemente feo. Esta actitud aparta al arte de la corriente principal, le confiere la aureola de ser especial y delicado lo reserva para una élite y de esta manera niega la influencia que ejercemos sobre él a través de nuestras vidas y nuestro mundo.

Si aceptamos ese punto de vista renunciamos a una parte muy valiosa de nuestro potencial humano. No sólo nos convertimos en consumidores carentes de criterios profundos, sino que negamos la importancia esencial de la comunicación visual, tanto para la historia como para nuestras propias vidas.

Quizá romper con el concepto de "popular" para una manifestación artística, sea un arma de doble filo, puede que ese atractivo que posee la ingenuidad, lo naïf, lo urbano antropológicamente visto, lo rural exóticamente apreciado, implante la base en que se sustenta lo magnético -por lo metálico y lo extraño- del éxito "popular". Querer precisar la disimilitud de todo el gran espectro del arte, sea sólo una tentativa de sentar o aterrizar algo que desde su posición etérea funciona para los espectadores.

Por todas estas razones, mientras continúen los análisis cerrados que desvirtúan el trabajo digno y generoso de los creadores; donde prevalece la dicotomía arte- artesanía, arte popular, bellas artes, sin tomarse en cuenta la respuesta creativa que a través del diseño y elaboración de obras; entrega humildemente el artesano, el artista o hacedor ante las múltiples necesidades y circunstancias que se presentan, persistirán entonces, las variables que más que designar terminan omitiendo la gran fuerza que el diseño y el arte reúnen en cada entrega.

Fuente: www.monografías.com

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